El pasado mes de agosto fue un mes estival del todo inusual. Al contrario que otros años en los que parecía que nuestro país y nuestra realidad se paralizaban ante el descanso de todo el mundo, el ejecutivo ha estado muy activo durante este verano.
De esta manera, y para resarcir de manera parcial las medidas un poco “aceleradas” y poco populares con respecto al mercado inmobiliario de los últimos tiempos, se ha decido de manera urgente y con una aplicación temporal de sólo 4 meses (en principio) de relajar la presión fiscal con respecto al IVA 4% para la compra de vivienda nueva. Este mismo concepto sufrió una subida de un 1% el pasado Julio de 2010, pasando del 7% al 8%. Ahora parece que esto no ha “gustado” del todo, y se decide, a modo de remiendo, reducirlo a la mitad pero sólo por unos pocos meses a modo de “ofertas”.
Es un hecho de nuestros días que el mercado inmobiliario, después de vivir su éxtasis personal, todavía parece no divisar el fondo al que parece estar avocado tocar. Lamiendo las heridas sufridas de la que fue la gallina de los huevos de oro en otra época, el Ejecutivo sigue achicando agua e intentando salvar la nave de manera un poco “sui generis”.
Todos estos bandazos provocan una clara injusticia cortoplacista que perjudica a muchos y beneficia a unos pocos. Como ya parece ser algo habitual, seguimos sufriendo las reformas o reacciones “urgentes” e “improvisadas” y padeciendo la falta de políticas elaboradas más a medio-largo plazo, algo de lo que siempre hemos carecido. Una pena.
De cualquier modo, aquí os dejo el enlace para que podáis ver toda la información:
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